A finales del pasado año se celebró una eucaristía para recibir la reliquia de San Josemaría que la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei nos ha donado.
Estas son las sencillas palabras que nuestro Hermano Mayor pronunció en señal de agradecimiento.
Quisiera en primer lugar agradecer a la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei, la confianza que depositan en nuestra Hermandad como custodios de la presente reliquia de San Josemaría, ese santo de lo cotidiano como bautizó San Juan Pablo II.
Me gustaría invitarles a una pequeña reflexión que el Papa Francisco realiza en su exhortación Gaudete et exsultae: “ Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente: a los padres que crían con tanto amor a sus hijos, en esos hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa, en los enfermos, en las religiosas ancianas que siguen sonriendo. En esta constancia para seguir adelante día a día, veo la santidad de la Iglesia militante. Esa es muchas veces la santidad «de la puerta de al lado», de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios, o, para usar otra expresión, «la clase media de la santidad»”. Ese vivir la santidad desde lo cotidiano, el quehacer diario y a lo que nos invita el Papa Francisco, y cuyo máximo exponente fue y es San Josemaría, ha calado, si me permitís la expresión, y ese magisterio queda expresado en el plan de pastoral de nuestra diócesis, en su epígrafe “Vivir la Santidad”, dar a conocer la vida, la experiencia y los escritos de los santos más actuales y próximos a nuestro tiempo, esa santidad de lo cotidiano, “de la puerta de al lado” como nos indica el Santo Padre; y precisamente y en conexión con este epígrafe nos encontramos en el plan de pastoral, una preciosa invitación a acompañar y a respetar la religiosidad popular, entrando de pleno en nuestras cofradías y como no puede ser de otro modo en nuestra Hermandad, nos da la llamada de atención D. Amadeo en la responsabilidad de las cofradías hacia las personas jóvenes, para muchos de ellos, la Hermandad es el único ámbito posible de encuentro con el Señor, el único ámbito donde buscar ese crecimiento de la vida cristiana, esa búsqueda de la santidad.
Con este espíritu de servicio, de instrumento especialmente para nuestros jóvenes hacia esa búsqueda de la santidad en lo cotidiano de cada día, ese encuentro con el Señor, nos orgullece hacernos depositarios de esta reliquia de San Josemaría, encomendandonos para dicha tarea a Cristo Nuestro Señor que nosotros veneramos bajo la advocación de su Humildad y a María Santísima Madre de Dios, para que seamos capaces de trasmitir el Evangelio de Cristo y el magisterio de la Iglesia en todos nuestros actos. Muchas Gracias.
