Historia

Fundación

Acta fundacional de la Hermandad.

Corría el año de 1954, primer centenario de la proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción. En la Muy Noble, Famosa y Muy Leal Ciudad de Jaén, un grupo de cofrades giennenses, encabezados por D. Juan María Cobo Vera, propusieron la fundación de una «Cofradía de Silencio» , al estilo de las ya existentes en otros lugares del país. La Junta Constituyente se celebró el 15 de marzo de 1955 en la Iglesia de San Clemente. Sus primeros estatutos fueron aprobados el 18 de abril de 1955 por el Obispo de la Diócesis Excmo. y Rvdmo. Sr. Dr. D. Félix Romero Mengíbar.

La imagen titular elegida fue un crucificado anónimo del siglo XVI que se encontraba en una situación muy lamentable y que presentaba la advocación de Santísimo Cristo de la Misericordia. Tras la restauración del Santísimo Cristo de la Humildad por NHD. Constantino Unguetti Álamo y D. Francisco Cerezo Moreno, en la cuaresma de 1957, fue trasladado a su ubicación actual en la Parroquia de Cristo Rey. En esta nueva parroquia, erigida en 1955, no existía ningún Crucificado, por lo que la Hermandad se trasladó a la misma.

El Santísimo Cristo de la Humildad recibió culto durante los días 11, 12 y 13 de abril. La Hermandad realizó posteriormente su primera salida procesional en la noche del Miércoles Santo, 17 de abril de 1957.

Primeros años

Desde esa primera salida procesional, la imagen de la Hermandad siempre ha pretendido dar lección catequética de penitencia y humildad. Hábito de estameña marrón con ausencia de capirote bajo el caperuza, esparteñas sin calcetines, cíngulo de esparto, unión de hermanos, apagado de luces, … y sobre todo Silencio.

Sus normas internas que limitaban el número de hermanos a 250 varones mayores de 18 años, así como su estética en la calle, condujeron a una hermandad austera, poco multitudinaria. Este hecho influyó notablemente en la crisis cofrade de los años setenta, hasta llegar al borde de la extinción. Aquí emergió la figura del entonces secretario, y actual Hermano Mayor Honorario, D. Bartolomé Cerezo Cerezo. Fue su empeño y tesón lo que acercó a la juventud de la parroquia a la hermandad. Su trabajo alcanzó su culmen en la renovación y aprobación de unos nuevos estatutos el 16 de Octubre de 1986 por el Obispo de la Diócesis Excmo. y Rvdmo. Sr. Dr. D. Miguel Peinado y Peinado. Esas normas fueron adaptadas al nuevo Código de Derecho Canónigo que entró en vigor en 1983 gracias al impulso recibido por S.S. San Juan Pablo II.

A raíz de la aprobación de dichos estatutos y normas la Hermandad suprimió especialmente la prohibición a las mujeres de pertenecer como cofrades de pleno derecho, norma que, por otra parte, no se respetaba desde varios años atrás. Igualmente, suprimió el número limitado de hermanos. Se recuperó como Culto principal el Triduo el primer fin de semana de cuaresma, se fundó el Boletín “Humildad y Silencio”, se instituyó el “Voto de Silencio” en 1993 y se instauró en 1995 Fiesta Anual en Honor al Santísimo Cristo de la Humildad el 14 de Septiembre, día que la Iglesia celebra la Fiesta de Exaltación de la Santa Cruz.

Durante casi un cuarto de siglo la Hermandad ha sido gobernada con los citados Estatutos y con un Código de Régimen Interno que se confeccionó basándose en ellos.

María Santísima Madre de Dios

El 28 de Enero del año 2009 el Excmo. y Rvdmo. Sr. Dr. D. Ramón del Hoyo López, Obispo de Jaén por la gracia de Dios y la Sede Apostólica, aprobó el Decreto sobre el Estatuto Marco para las Cofradías y Hermandades de la Diócesis de Jaén en pos de corregir algunos errores, incluir revisiones oportunas a la normativa particular posterior al mismo y para perfilar algunos aspectos que el paso del tiempo se ha visto oportuno modificar. Esto último y la necesidad de adaptar nuestras reglas a la nueva realidad de la Hermandad, así como su desarrollo futuro nos impulsaron a realizar una renovación de las mismas.

El 27 de Enero de 2012 son aprobados los nuevos Estatutos por el Excmo. y Rvdmo. Sr. Dr. D. Ramón del Hoyo López, Obispo de Jaén, con la pretensión de ser, por un lado, guardianes de nuestro espíritu fundacional con dos máximas como son la humildad y el silencio en nuestras manifestaciones públicas, y por otro, guiar nuestro proceder y nuestras relaciones como miembros de una Asociación Pública de Fieles de la Iglesia, para ello nuestra Hermandad se encomienda piadosamente al Santísimo Cristo de la Humildad y a María Santísima Madre de Dios. Siguiendo a S.S. Benedicto XVI dada la coyuntura actual de avance de un laicismo cada vez más agresivo nos reafirmamos en nuestra fe, en nuestro apoyo a la Iglesia verdadera y sus Dogmas, y en especial a la defensa de la vida de ser humano desde su concepción hasta la muerte natural.

El Año de la Fe de 2013, la Hermandad recibió aprobación episcopal para la realización de la talla de María Santísima Madre de Dios. Fue bendecida el 9 de noviembre con la presencia de los miembros de la Hermandad y un gran número de devotos. La imagen estuvo apadrinada por la Congregación de Esclavas del Santísimo Sacramento y la Inmaculada, la congregación de Hermanas Misioneras de Acción Parroquial, la Cofradía de la Limpia Concepción de Nuestra Señora y Santa Capilla de San Andrés y la Ilustre Hermandad del Santísimo Sacramento y Cofradía de Nazarenos de Jesús del Perdón, Cristo del Amor en su Prendimiento, María Santísima de la Esperanza, San Pedro y San Juan Apóstoles.

La Hermandad participó en Fides Sancti Regni, celebrado el 15 de junio con motivo de los actos del Año de la Fe en nuestra diócesis. Nuestro crucificado estuvo acompañado en su camino hasta la Catedral por numerosos hermanos y, de manera extraordinaria, por la «Banda de Cornetas y Tambores Monte Calvario» de Martos que interpretó marchas clásicas como Amor de Madre, Requiem, Silencio Blanco o Cristo del Amor entre otras. Todo ello para contribuir adar un renovado impulso a la misión de toda la Iglesia y conducir a los hombres fuera del desierto en el que a menudo se encuentran, hasta el lugar de la vida y de la Amistad con Cristo, que nos dona la vida en plenitud.

En estos empeños nos encomendamos piadosamente al Santísimo Cristo de la Humildad y a María Santísima Madre de Dios. Así como a Jesús Sacramentado fuente de vida y alimento al que honramos como presencia real y permanente de Cristo que es.

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